Luego de meses de análisis, respecto del funcionamiento de la residencia para niñas y adolescentes Nuestra Señora de la Paz ubicada en Puente Alto, la Fundación de Beneficencia de los Sagrados Corazones decidió cerrar sus puertas el último día de septiembre. La institución atendía desde fines de la década de los 80.
Ya en el año 1982, la Madre María del Carmen Pérez Walker, plantea la iniciativa de una residencia que fuera un hogar para niñas y adolescentes, colaborando en el proceso de volver a vivir en familia, o prepararlas para la vida independiente. En 1987 nace el proyecto Hogar de Niñas Nuestra Señora de la Paz, siendo formalmente colaborador de SENAME el año 2000.
De acuerdo, a la información entregada por la directora del centro, la psicóloga Dallan Doepking Grandón, lo que lleva a esta difícil decisión son los nuevos lineamentos que mantiene el Servicio Nacional de Menores y que son los mismos que mantendrá próximamente el Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia. “Desde hace años las únicas licitaciones que se entregan desde el Servicio Nacional son para REM PER y no para Residencias de Protección para Mayores como es el caso de la residencia Nuestra Señora de la Paz. La transición desde una residencia simple a un REM-PER, fue latamente conversado entre miembros del Directorio y SENAME. Ese eventual cambio implica justamente complementar una Residencia de Protección para Mayores – como la nuestra- con un Programa de Protección Especializado, para ello, se debe acoger niños con necesidades mayores que aquellos que se encuentran en residencias simple”, enfatizó. Dijo, además “para bridar la idónea atención se requiere como resultado evidente un mayor despliegue de recursos y una restructuración del funcionamiento, lo que fue analizado responsablemente por el directorio y al no contar con los recursos suficientes para complementar la subvención de SENAME, en la medida óptima para entregar la atención antes descrita, se llega a la decisión de finalizar este proyecto.”
Doepking, en nombre de la Fundación agradeció a las funcionarias y a la comunidad por el tiempo brindado, su labor y la acogida que brindaron por más de 30 años a las niñas y adolescentes que han pasado por Nuestra Señora de la Paz. “La tranquilidad que nos acompaña es la absoluta convicción de que son ustedes quienes continuarán este proceso y que las niñas, se encuentra en el mejor programa para poder lograr la satisfacción absoluta de sus derechos en un entorno amoroso y protegido”, dijo.