Con alegría y esperanza fue recibida la noticia del nombramiento como Obispo de Chillán del hermano de la Congregación de los Sagrados Corazones, Sergio Pérez de Arce. Hasta ayer se desempeñaba como administrador apostólico para la diócesis de Chillán, cargo que ejercía desde el 21 de septiembre de 2018.

“Me gustaría una Iglesia más reconciliada con las víctimas, menos cuestionada y más creíble. Una Iglesia menos entrampada en el tema de los abusos y con más gozo y despliegue en el testimonio diverso del evangelio. Hoy estamos tristes, contenidos, como atrapados”, enfatizó el obispo electo. Agrega también, “en otros sueños, me gustaría una Iglesia que alcanza a todas las generaciones, con niños, jóvenes, adultos y ancianos, una Iglesia de familias. Una Iglesia que logra una mejor conexión del anuncio del evangelio con la cultura actual. Los niños y los jóvenes están hoy lejos de la Iglesia y la cultura en Chile está muy secularizada. Y lo que a mí me motiva es que la personas se encuentren con el Dios de Jesucristo y a partir de allí construyan comunidad”.

Cabe destacar que Pérez de Arce, se vinculó a la Congregación de los Sagrados Corazones en la parroquia San Juan Evangelista de Gómez Carreño, Viña del Mar e ingresó al postulantado en 1982. Ha sido formador, asesor del Centro de Pastoral Juvenil de Alameda, asesor religioso del colegio SS.CC. Manquehue en Santiago. Fue Superior Provincial de la Congregación entre 2005 y 2011. Luego elegido presidente de la Conferencia de Religiosos de Chile por los años 2011-2014. Durante ese mismo período ejerció como miembro del Consejo Nacional de Prevención de Abusos de la Conferencia Episcopal. En 2018 fue nombrado en la provincia chilena SS.CC. como delegado para la recepción de denuncias de abusos.